Tender la ropa

 Hoy voy a tender la ropa. En sentido figurado. Siendo la ropa todas las emociones que tengo dentro ahora dando vueltas y vueltas en un centrifugado perpetuo. 


Me siento triste, abrumada, aburrida, mi vida no tiene sentido, bloqueada, tengo miedo, ansiedad, tengo ganas de cambiar y no puedo. 


Me siento triste porque miro mi vida y estoy en piloto automático, sin hacer nada que me apasione, sin tener metas, sin vivir. Me siento triste porque echo de menos a mi familia, aunque no quiera muchas veces verlos porque siento que absorben mi energía y mi esencia. 


Me siento abrumada porque tengo muchas cosas que hacer y no estoy haciendo ninguna bien. Tengo que estudiar, quiero pasar el examen del trabajo y tengo que estudiar todos los días para lograrlo. Tengo que hacer el maldito ejercicio de la entrenadora personal. Lo odio, no lo siento. Odio hacer ejercicio, no me gusta, no lo disfruto, paso cada segundo de hacer ejercicio odiándolo. No es la entrenadora, ella es majísima, pero es que a mi no me gusta, y no me gusta en absoluto. Tengo que trabajar y pretender ser un adulto funcional, y lo gracioso es que apenas sé cuidar de mi misma. 


Estoy en piloto automático porque me levanto, trabajo, estudio, hago ejercicio el día que toca y me voy a  la cama. No estoy conectada al ahora, no tengo metas ni propósitos y no tengo ganas de hacerlo ni en modo automático. No estoy disfrutando mi vida, soy como un robot y mi vida está para disfrutarla. 


Esto me lleva a que ahora mismo no tengo nada en mi vida que me apasione, ni tiempo para hacerlo porque no me pongo como prioridad. Y no me pongo como prioridad porque estoy abrumada con todo lo demás que tengo que hacer. Y lo peor es que no tengo que hacer nada porque como dice mi terapeuta, todo es elegido, entonces, me estoy poniendo obligaciones que no están ahi, que no existen y que me hacen sentir extremadamente miserable. 


Echo de menos a mi familia, dont get me wrong, pero a veces siento que controlan mi vida incluso a 3000 kilómetros de distancia, que esperan de mí algo que no soy, y que no aprecian quien realmente soy, y es que no se como vivir de una manera que no sea extremadamente decepcionante. Me siento como una decepción para todos y no me gusta sentirme así. No quiero que nadie me diga como vivir, no quiero que nadie me diga como sentir, no quiero toxicidad ni negatividad en mi vida. No quiero vivir toda mi vida desde el miedo y la culpa. Comentarios que no me gustan y que encima me traten a mi de loca, no sé si por ser mujer o por tener ideas diferentes. Uy, te equivocaste de profesión, la defensora de los animales, la loca de los gatos.... Y lo dicen en tono burlón y despectivo como si eso no tuviese importancia. No pueden entender que para mí si la tiene. Que veo ese gato que pusieron el video sufriendo maltrato y encima dicen que es el gato que es malo, y no la persona. No toman consciencia y si les ayudar a verlo desde otro punto de vista, estas loca y no tienes ni idea. Me enamoré de la película de Joker, porque me puse en sus zapatos, sentí como la vida le maltrataba y le pisoteaba hasta el punto de la locura. Vi como una persona era despreciada por ser diferente, vi cómo la gente le miraba con asco, vi como se burlaban y reían de él, como le pegaban, como las pocas ayudas que podía conseguir se le negaron por ser un don nadie. Y me puse en sus zapatos. Y me pareció una auténtica obra maestra. Vi como los que se burlaban de mí eran todas esas personas que se han reido por mi acento, o que me han despreciado por estar gorda, o me han llamado loca por llorar en público cuando estaba desbordada de emociones que no podía expresar de otra manera, como me han comido la cabeza, como me han humillado, me han usando, han hablado mal de mi. Como he pedido ayuda y no ha pasado absolutamente nada, porque yo no era importante. Como a veces me han señalado con el dedo y culpado hasta de cosas que no habían sido mi culpa por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado. Como han difamado mi vida, como me han hecho la oveja negra....y como en todo ese proceso he estado sola. Y me pongo en sus zapatos, y aun me sorprendo de como no he perdido la cabeza aun. Que he llegado a pedirme la baja por depresión en pleno ataque panico y ansiedad, y nadie ha levantado tan siquiera la vista, porque no soy importante. 


Cuando he querido poner límites o dar mis opiniones o ideas se me ha ridiculizado, hemos discutido o en ocasiones, se ha llegado a la violencia. Y todo por tener ideas propias. Porque tener ideas propias no era lo propio. Lo propio era dejarme moldear y ser una más, y no hacer preguntas, y no plantearme mis dudas y creer todo a pies juntillas sin tener pensamiento crítico, porque pensar por tu cuenta no estaba bien y estaba en contra de lo que me estaban enseñando. 


Si me defiendo o tengo mis ideas, me llaman loca. Pues prefiero estar loca a atarme a una sola idea como una cuerda normal y corriente. 


Estoy cansada de la toxicidad. Estoy cansada de la crítica. 

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