Feelings

Sentimientos tan encontrados, tan contradictorios. Tan llenos de nostalgia, de melancolía, de odio, de dolor.... Uno de esos días que no sabes el porqué ni el para qué de esta situación de tu vida. Uno de esos días en los que los sentimientos ahogan mi vida, hasta el punto de no poder respirar. 
Cuando crees que ves una luz al final del pozo, de nuevo el barro te trepa por las piernas hasta hundirte hasta el fondo.

Y yo sigo sin entenderlo. Sin querer verlo. Con la esperanza, con los sueños rotos. Aunque muchos me digan que no merece la pena. Y es que en verdad, ni siquiera yo se si merecería la pena un ser tan egoísta y despreciable que me ha demostrado que no es la primera vez que hace lo que hace... Qué más da. Las tontas somos así.

Sentimientos encima de culpa. Intentando conocer gente nueva e interesante, y sentirme la persona más sucia y rastrera por creer decepcionar a quien me decepcionó a mí.

Hay algunas promesas que carecen de valor, pero por suerte no todas. 

A pesar de este horrible dolor y de las lágrimas derramadas hoy, estoy agradecida. Puedo contar con gente que me confronta en mi interior, me hace revolverme de dolor sólo para conseguir abrir mis ojos, abrir mi corazón, hablar con Dios. Quizá no siempre sea efectivo. En ocasiones soy como un animal herido que huye de la gente, huye del dolor, huye de todo lo que pueda recordarle y abrirle las heridas de un pasado que aun no han terminado de cicatrizar... ¿Lo harán algún día? No puedo contestar a ciencia cierta.

Alguien me dijo que los errores dejan una huella. Una cicatriz que nunca jamás se borrará, y vaya si lo sé. Llevo una cicatriz por dentro, por fuera, una marca de mi pasado, un error pagado con un precio quizá demasiado alto. Quizá parte de la cicatriz hará que el dolor nunca termine de mitigar.

"Sigue tu corazón" dicen.... Pero... cuando tu corazón se rompe en mil pedazos, ¿Cuál se supone que es el pedazo que debo seguir?

Tengo tanto miedo de que esta huella marque marque para siempre el curso del resto de mi vida. Tengo tanto miedo de que esa parte de mi que está mal herida muera, que nunca jamás vuelva a ser la que un día fui y que todo acabe. Que la ilusión muera en mi interior. Que se acaben las sonrisas y los motivos para volver a aferrarme a ser feliz, a vivir. Y en el fondo, ¿le importaría a alguien? 

Intento luchar con algo que me puede. Me esclavizan mis errores, me esclaviza mi pecado, me esclaviza mi pasado. ¿Cómo te perdonas a ti mismo? Quisiera saber cómo borrar este castigo, este dolor, este sufrimiento. Saber si todo esto tiene un propósito para mi vida, si van a servir de algo todas estas  de llanto, aunque nunca sea lo que tanto anhelo. Nada volverá. No puedo cambiar mi pasado, no estoy viviendo mi presente, y sin duda, no estoy pensando ninguna forma de arreglar mi futuro, sino de huir de él. Asustada, con las orejas agachadas... huir de todo lo que me espera y de todos los recuerdos que me aterran. Y no importa, por que en realidad nadie lo echará verdaderamente de menos. 

Sí, hoy es un mal día.

Comentarios

Entradas populares