Te amo y te odio a partes iguales.

"Lo justo no siempre es lo correcto. Si te meten un dedo por el culo, queda justo, pero no es correcto."

Una buena amiga me dijo esta frase, y la verdad que puede cambiar el mundo.

Pero ese no el tema. ¿Cuál lo es? Estando en modo vegetativo en el sofá o en la cama, me rondan millones de ideas por la cabeza. Me siento delante de la pantalla del ordenador, porque no me apetece escribirlas a mano... y se esfuman. No es la primera vez que lo hacen.

Es realmente curioso.

Por otro lado, ¿de qué sirve la inspiración, si lo que verdaderamente motiva estos escritos es el dolor? Un corazón dañado puede hacernos comportarnos como animales, pero sentir dolor no es algo desconocido para ninguno de vosotros ¿verdad?
Cada dolor es diferente, pero sin duda, uno de los peores es saber que nunca volverás a sentir su calor. Empezar a olvidar el sonido de su voz y de su risa. Empezar a olvidar cómo era el tacto de su piel, nuestras manos entrelazadas, la suavidad de su pelo. Empiezas a olvidar miradas, caricias, gestos que eran sólo para ti, y que sabes que ya nunca más volverás a tener. Y por un lado sabes que él seguirá ahí, pero sin ti. Que seguirá viviendo, pero sin ti. Y te mueres por ese abrazo, un beso, y recordar una y otra vez que no tiene sentido continuar sin él. Pero la vida a confabulado una trama a tus espaldas, y ha hecho que se lo trague la tierra, que nunca más vuelvas a tener contacto con él, dejándote las entrañas llenas de palabras por decir, y unos oídos que las escuchen, y que sepan que sólo es por él que mis dedos escriben. Mi primer error, fue dejar que mi felicidad dependiese de él. Fue quererle demasiado. Fue darle mi vida a la persona incorrecta. Darle todo. Mi segundo error, fue esperar que él hiciese lo mismo, pero yo solo he sido una pieza de sus juegos. Alguien trivial, un medio y no un fin. No era el objetivo, el modo de conseguirlo. Y una parte de mi, desea que te pudras por hacerme esto, pero otra parte no puede dejar de amarte, de esperar cada día que sea el día en que por fin me hables, en por fin me digas que realmente me quisiste, porque me niego a creer que en verdad, me utilizaste, y me utilizaste mucho. Y volvería a arrastrarme hasta el inframundo, sólo si por ello consigo poder verte y hablarte y conseguir sacar de tus labios que no me quieres y que nunca me has querido. Que nunca has sabido amar.

Una niña caprichosa, ya se habría olvidado de esto... No se habría ido en contra de su voluntad a un sitio que sólo hizo que empeorase nuestra situación. Ojalá hubieras tenido que había que tener en su día. Pero tu plan era volver a enamorarme para luego, en el 100% de mis sentimientos meterme un puñal, removerlo y asegurarte de que la herida jamás pueda dejar de sangrar. Y aún así, cada pedazo de mi corazón roto dice aún tu nombre en cada latido. Y ¿de qué sirve? De nada. Las mentiras han podido aún más con todo. Te lo has creido todo, pero cada uno ha dado su versión de los hechos y no te has molestado en mirar mi parte de la historia. Te has dejado influenciar por todos, mientras yo, con todos en contra estaba dispuesta a luchar con uñas y dientes contra lo que fuera, por lo que aún tristemente siento por ti. Te odio y te amo a partes iguales.

Tentada de borrarlo todo. Borrarte de mi vida, borrarte, eliminarte, eliminarlo todo, tirarlo quemarlo, romperlo y destruirlo... sacarte deaquíaqui por la fuerza.. Solo se me viene a la mente un pensamiento. Se me haría más fácil si hubiera muerto. Primero deseba morir, luego matarte y otra vez, ahora, no serviría de nada...

Como dije, todos finalmente lucharemos nuestras batallas con algo en nuestro interior que se nos clave como un puñal en el alma, y todos finalmente tendremos lo que merecemos por nuestros actos. Todos. Yo también.

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