Blej?

Después de unas tres horas amargas y otras tres horas demasiado dulces, sólo puedo decir, que aún no estoy empachada y que me encantaría poder tener algo aún más dulce.
No, queridos feonautas de mi corazón. Esta vez, no hablo de comida, ni mucho menos.
Después de un día, unas horas, minutos o segundos de amargura, lo único que necesitas, es ese calor. El sabor de un beso. Y aunque poco a poco la amargura desaparece, siempre seguirá ahí mientras no haya medicina al alcance de mis labios.

Comentarios

Entradas populares