Pues aquí, de jueves.

Pues ya me veis, escribiendo un jueves normal y corriente. Un día en el que la inspiración no me llena del todo, pero algo habrá que poner, que esto esta de un mustio últimamente que da miedo. Mi vida ha tomado muy diversos cambios, de los cuales, no me arrepiento. Por fin he encontrado paz. Pero no voy a hablar ahora de esos cambios, ya que es tan solo perder mas tiempo del que merecen. Quedaos con el hecho de que soy mas feliz que nunca, y que he tomado muy buenas decisiones últimamente. Por otro lado, si tuviese que quedarme con datos curiosos de cosas que me han pasado, sin duda uno de los más relevantes es, lo que me paso con la persona de la que estuve pilladisima hace tiempo, el que finalmente me confeso que yo también le gustaba, si, ese. Ese mismo tío que me amargo la existencia durante un año y medio aproximadamente, y que jugó conmigo, sí, ese. Después de todo, y de tener ahora al chico de mis sueños a mi lado, no se que hizo, que acabamos hablando de las cosas que hicieron que me "enamorase" de él, y también me confeso que se quedó con ganas de liarse conmigo, aunque solo fuese una vez. Todo normal si no fuera porque me ralle muchísimo, y me sentí una persona horrible, porque yo le dije que también me había quedado con ganas de probarlo. Solo fue un día de bajón y fue peor, porque recordé como me sentí yo cuando mi novio hablaba con su ex, y sé que no estaba bien hablarme tanto con él. Aparte, luego que seguimos hablando y me dijo que él nunca llego a sentir lo que yo, vamos, sin tapujos, fue un calenton, o simplemente para vacilar de que se había liado con una tía mayor. Ante aquello mi defensa fue que obviamente él nunca podría darme lo que yo buscaba. Tal vez fue una actitud infantil, pero es que es cierto. Yo quería mi relación estable, con planes de futuro, este niñato hubiera sido una perdida de tiempo. Otro día prometo escribir algo más interesante, pero ahora tenia que tirar todo esto por el retrete, y cuando pulse publicar sera como tirar de la cadena. ¿ Sabéis? Es maravilloso escribir millones de tonterías, y luego poder romperlas con el tiempo y borrar con ello todos los asquerosos recuerdos de un pasado que se ha ido.