Querido edredón de plumas

Querido edredón de plumas:

Sabes que adoro refugiarme bajo tu calor y soñar. Encuentro un momento de paz bajo tu confort y protección. Es el momento perfecto para descansar y soñar, pero últimamente, tengo un sueño que se repite con demasiada frecuencia.

Tú sabes que mi única meta en la vida es la felicidad. Se que es una meta muy ambiciosa, y es posible que jamás la logre, y aunque de ilusiones se vive, en mi cabeza tan solo se repite una pregunta que me da miedo en cierto modo pronunciar…

¿Y que pasaría si el país de nunca jamás existiese por un momento y luego se desvaneciese? ¿Y si Alicia en el país de las maravillas tan solo fuese una niña triste que intentase cambiar su mundo, su historia?

Esta pregunta me hace sentirme atrapada en una realidad estúpida que daña mi vida en el silencio y bajo tu calor, cada vez que intento soñar inventado mil fantasías y creando un mundo ideal. Desgraciadamente la vida no esta hecha para los que sueñan, ni para los que persiguen una meta. A nosotros, la vida tan solo nos da pequeñas puñaladas que nos hieren más y más, y van matando nuestro espíritu y nuestra ilusión por vivir.

Los recuerdos de un pasado amargan mi existencia. La vida me pone lastres que arrastrar durante el camino, y no entiendo el propósito de recordar esos momentos que tanto mal me hacen, pero supongo que es parte de un proceso que le da sentido, aunque yo ahora sea demasiado débil para comprender su significado.

No soy feliz, y no logro entender si hay algún motivo por el que merece la pena seguir luchando, ya que lo único que realmente quiero es arroparme bajo tu calor y protección y fundirme en ese largo y placentero viaje del mundo del subconsciente.

Supongo que gracias al placer que me provoca fundirme contigo en un solo cuerpo busco un motivo y encuentro la esperanza de saber que algún día encontrare todo lo que ando buscando…

Con mucho cariño.