zapatitos andantes

Queridos zapatos:
Me resulta impresionante saber que pisáis tierras tan lejanas y que en el fondo están tan cercanas entre los rastros de arena de tus suelas.
Es increíble como pisáis tierras esmeraldas, tierras de polvo, caminos imposibles, parajes incomprensibles, tierras llenas de vida, tierras llenas de muerte y a veces simplemente te hundes en la mierda y el fango. Y aún me parece más increíble que los rastros de todo eso estén mezclados en la suela de mi zapato.
Sitios lejanos mezclados en una misma marca de barro.
Saber que aun así me lleváis y traéis, compartiendo con vosotros con vosotros experiencias sobrecogedoras, sin duda desde otro punto de vista. Os conservamos con mimo y cariño hasta que sois capaces de hablar u contarle al mundo de nuestras aventuras y es entonces cuando, un poco por miedo, por recelo o por vergüenza os cambiamos por otros que no aireen nuestras más preciadas vivencias. Es sin duda ley de vida. Bueno quizá otros lo llamarían comodidad y otros quizá moda… Lo llames como lo llames es cosa muy común eso de ser sustituidos.
Son tantísimos recuerdos que no sabría como describir exactamente como me siento al escribir esta carta. Me habéis dado la libertad de volar libre, de ir y volver, de caminar, de hacer excursiones y de perderme en el camino entre árboles milenarios con cientos de batallas libradas… Me he dejado llevar y también me he dejado sentir la huella de mis actos, pero el dolor paso y volví a perderme dentro.
Me habéis devuelto a prisión de emociones perdidas y me haces buscar en miles de ciudades imaginarias a tan solo un paso de mi vida de haceros realidad, y aun así seguís ahí, mezclando ambientes en tan solo una mancha de barro.
Sé que debo estar agradecida por todo lo que he vivido con vosotros, aunque en parte también algo triste, pues me devolvisteis a mi rutina después de vivir un sueño que nunca debió terminar. Pero sinceramente, no os preocupéis, por que volveremos a soñar juntos.
Con todo mi cariño.